Años de anonimato, fantasía,
y citas religiosamente puntuales
en tu campo de batalla.
Un objeto, un sentido,
y la pericia de quien sabe lo que hace
sobre los que se dejan hacer.
Tus manos no están disociadas de tus oídos,
y en ese solapado intercambio personal
nos vamos encontrando.
Años más tarde,
sin sabernos ni pensarlo,
súbitamente nos reconocemos.
Con pelos y señales,
haciéndonos presente,
rediseñamos vínculos con íntimo cuidado de no desandar lo andado.
En distancia, en ausencia y en audacia
auguro un punto de contacto,
una bisagra en el afecto que invite a Ser recíprocamente.
Datos personales
- Cynthia Borgnia
- Soy mujer, madre, mediadora, abogada, fotógrafa o restauradora... Soy proyecto y anhelos. Soy proceso, tránsito y expectativa. Y, en tren de explicarme y encontrar la relación entre la mediación, la fotografía y el derecho, comparto una reflexión que tiene que ver con mi recorrido y que alguna vez asaltó mi pensamiento. Comencé estudiando derecho, adentrándome en el mundo del "deber ser" (tal como es presentado). En ese universo, me distraje con la filosofía... es mucho más seductor invertir esfuerzos en develar los misterios del "ser" y atorarse en ellos. La fotografía me llegó más tarde, cuando comprendí ¿? que sólo hay lo que hubo, el esto "ha sido" de Barthes, y sobre eso nuestra capacidad de resignificarlo para incidir, de alguna manera, en "lo que será". Y fluyo permanentemente entre los distintos tiempos y perspectivas que me ofrecen todas esas disciplinas a la vez. La mediación es una síntesis de todas ellas en mí. Es un espacio en el cual invito a explorarlas todas, poniendo a disposición de mis compañeros de viaje circunstanciales lo que ellas me aportaron a mi... y allí voy también. Pero todo, absolutamente todo ello, tiene un único objetivo común: EL ENCUENTRO.
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