Una de las personas más influyentes en mi vida, mi amigo y
maestro Enrique Fernández Longo, me ayudó a comprender y asimilar la
importancia de no definirnos por lo que “somos” sino por lo que “estamos siendo”… definiciones e identidades provisorias. Y esta
pequeña gran diferencia, creo yo, es la que posibilita acompañar lo que,
livianamente, llamamos “procesos de cambio”, que no son otra cosa que pinceladas
de identidad.
Siento que es un privilegio poder metabolizar este concepto
y transpirarlo haciendo, estando, sosteniendo, disfrutando. Simplemente porque
aporta sentido.