Datos personales

Mi foto
Soy mujer, madre, mediadora, abogada, fotógrafa o restauradora... Soy proyecto y anhelos. Soy proceso, tránsito y expectativa. Y, en tren de explicarme y encontrar la relación entre la mediación, la fotografía y el derecho, comparto una reflexión que tiene que ver con mi recorrido y que alguna vez asaltó mi pensamiento. Comencé estudiando derecho, adentrándome en el mundo del "deber ser" (tal como es presentado). En ese universo, me distraje con la filosofía... es mucho más seductor invertir esfuerzos en develar los misterios del "ser" y atorarse en ellos. La fotografía me llegó más tarde, cuando comprendí ¿? que sólo hay lo que hubo, el esto "ha sido" de Barthes, y sobre eso nuestra capacidad de resignificarlo para incidir, de alguna manera, en "lo que será". Y fluyo permanentemente entre los distintos tiempos y perspectivas que me ofrecen todas esas disciplinas a la vez. La mediación es una síntesis de todas ellas en mí. Es un espacio en el cual invito a explorarlas todas, poniendo a disposición de mis compañeros de viaje circunstanciales lo que ellas me aportaron a mi... y allí voy también. Pero todo, absolutamente todo ello, tiene un único objetivo común: EL ENCUENTRO.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Lo provisorio como esencia, lo definitivo como deseo

Si de algo he ido adquiriendo certeza a lo largo de mi recorrido, es de que toda decisión es provisoria… así no tengamos conciencia de ello.
Nuestra permanencia en el mundo lo es, por lo tanto, todo lo que en ella tenga lugar no puede escapar a esta singular condición.
Sin embargo, atormentados, a menudo tomamos nuestras decisiones como si fueran nuestra última oportunidad para pronunciarnos respecto de aquella cosa sobre la que decidimos… ¿Qué extraño poder sobrenatural creemos que nos asiste para que ello opere de esa manera? ¿O será que debemos resignificar y contextualizar el sentido de lo “definitivo”?
Me ha servido, y me seduce pensarlo de esta manera, que lo definitivo puede asimilarse a lo deseado. Se traduce en una firme intensión de vivenciar la decisión, arraigada en un profundo deseo de sostenerla y refrendarla.
Se trata de un caso paradigmático de lo que tantos comunicadores repiten a diario cuando dicen que “el lenguaje crea realidad”. Tal vez, hacer uso del vocablo “definitivo” sea el ejemplo más contundente de ello, ya que no sólo refiere a una situación que se verifica en el presente en el cual se enuncia, sino que anticipa (mas no garantiza) algo que se afirma se verificará en el futuro.
Bajo esta perspectiva, puede resultar más alentador para unos y menos para otros imprimir carácter definitivo a sus decisiones… En lo que a mi respecta, es más alentador, definitivamente.

No hay comentarios: